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Escritores desde el confinamiento: Vic Echegoyen

Escritores desde el confinamiento: Vic Echegoyen

A Vic la conocí hace unos años con su anterior novela El lirio de fuego, hace poco pudisteis leer la reseña de su última obra: La voz y la espada. Sabiendo que vive fuera de España, a caballo entre varios países centro-europeos, me pico la curiosidad por saber como este confinamiento se está viviendo tan lejos de nosotros. Os dejo con sus respuestas.

¿Estás en casa o eres una de esas personas esenciales que tienen que salir al trabajo?

Estoy en mi casa en Hungría.

En este período de confinamiento, ¿aprovechas para escribir más o por el contrario te han abandonado las musas?

Escribo, me ocupo de la familia, vuelvo a escribir, trabajo en el jardín y el huerto, sigo escribiendo, me ocupo de la casa, escribo más, doy un paseo por el bosque, continúo escribiendo, estudio alguna partitura o practico un idioma nuevo, escribo un poco más, me voy a dormir, sueño con lo que escribiré al día siguiente…

Cuando no escribes, ¿a qué dedicas tu tiempo?

A soñar lo que voy a escribir, a cocinar platos que salen en la novela que estoy escribiendo, a leer e investigar detalles que me faltan para completar un capítulo, a escuchar música de la época…

Escritores desde el confinamiento: Vic Echegoyen

¿Cómo te está tratando a ti esta crisis? Literariamente hablando (promociones, ventas de libros, publicaciones)

Tuve la suerte y el privilegio de poder completar, junto con mi editora todoterreno, la gira de cuatro días por varias ciudades de España para presentar mi novela histórica recién publicada, “La Voz y la Espada”, ante lectores, periodistas y medios de Internet. Fue una gira que metimos con calzador entre una semana de trabajo en Viena y otra en Bruselas, así que pude ver cumplido mi mayor sueño para este año.

Además, he publicado justo ahora, en Semana Santa, mi primera novela histórica escrita en inglés, “The Easter of the Mouse” (La Pascua del Ratón); es un relato medieval de aventuras basado en hechos reales y que, por una de esas raras casualidades, arranca precisamente justo antes de Pascua con una epidemia que asola una gran ciudad, dejando huérfanos a los niños, que deciden huir y lanzarse a la aventura de sus vidas: el protagonista, Nicolás, es un chaval de 10 años al que se suman decenas de miles de niños, atraviesa Europa a pie para ver al Papa, y por su valentía y determinación pese a ser tan pequeño y débil, se gana el mote de “El Ratón de Pascua”.

Y por último, terminaré de escribir otra novela histórica en los próximos diez días, y empezaré la siguiente a continuación, sin hacer una pausa.

¿Cómo crees que está afectando al mundo editorial? y ¿cómo quedará el sector cuando las cosas vuelvan a la normalidad?

A corto plazo será un desastre, porque todos los eslabones de la cadena han dejado de funcionar (salvo aquellos autores que siguen creando pese al aislamiento y la falta actual de perspectivas), y ésta se ha roto.

A medio plazo, en 5 a 8 meses, empezará a funcionar de nuevo, pero con la mitad de producción y a la mitad del ritmo anterior, pues primero hay que dar salida a todas las novedades previstas para marzo, abril y mayo que se habrán quedado en el limbo, y solo después se podrá ir recuperando la velocidad de crucero habitual, a medida que los lectores recuperen su capacidad adquisitiva y se animen a volver a comprar y a regalar libros. Material nuevo no faltará, porque la etapa más importante y la materia prima sin la cual no tienen razón de ser los demás eslabones (es decir, la producción del escritor) es la única que no requiere dinero, sino tiempo, semanas de investigación y meses de dedicación y revisión, y es la única que se puede completar desde un sillón de tu casa.

La fase a largo plazo, dentro de un año y medio en adelante, me da muchas más esperanzas: muchos escritores habremos madurado y mejorado a marchas forzadas durante el confinamiento, las editoriales y los agentes volverán a buscar obras con interés e ilusión renovados, y los lectores volverán a tener más dinero disponible y, sobre todo, estarán hambrientos de novedades, diversión y evasión.

 

…la materia prima sin la cual no tienen razón de ser los demás eslabones (es decir, la producción del escritor) es la única que no requiere dinero, sino tiempo, semanas de investigación y meses de dedicación y revisión, y es la única que se puede completar desde un sillón de tu casa.

 

¿Qué anécdota puedes contarnos de tu confinamiento?

Espero que no suene extraño, pero, pese a haber perdido a todos mis empleadores, mi trabajo y todos mis ingresos de golpe durante bastantes meses, me siento feliz y muy afortunada por poder pasar tanto tiempo en mi casa y mi patria adoptiva, rodeada de los míos, disfrutando exclusivamente de lo que más me gusta en la vida (escribir, leer, pintar, cantar) sin sentirme culpable por “robarle” ese tiempo a un trabajo que, de repente, ha caído al último puesto en mi lista de prioridades. 

¿Te has reencontrado con alguna antigua afición o, por el contrario, tienes una nueva?

He conservado todas las antiguas, y he añadido una nueva: cocinar recetas medievales, renacentistas y barrocas. La combinación inusual de ingredientes suele dar resultados sorprendentes, y a veces exquisitos.

¿Crees que, cuando salgamos de esta crisis, nuestra sociedad habrá cambiado para mejor?

Soy realista, o sea, una pesimista informada: la gente, en el fondo, no cambia. Las crisis sacan lo peor y lo mejor de cada uno, así que el que es un canalla se volverá aún más ruin, mientras que la gente bondadosa y desinteresada lo será todavía más. Mi esperanza está en los niños y los jóvenes, que parten en la vida con una bondad y un desprendimiento innatos; ojalá los conserven mucho, mucho tiempo.

¿Qué libro nos recomendarías leer en estas fechas, que no sea tuyo?

“El Diario de Ana Frank”. Sumergirse en las experiencias aterradoras que vivió esa niña durante la pesadilla de hambre, frío y privaciones que vivió en un ático durante varios años junto con su familia, perseguida por los nazis por ser judíos, y no solo algunas semanitas con todas las comodidades, como nosotros ahora, debería ser una lección de humildad obligatoria para todas las personas ahora mismo. Somos demasiado dados a quejarnos por nimiedades.

Para acabar ¿querrías expresar algún pensamiento, idea, consejo… a los lectores del blog?

Seguid leyendo pero, sobre todo, “levantaos y caminad”: hablad con otros lectores, con los autores, con todo el mundo, de los libros que buscáis, de aquellos que os han encantado, y de aquellos que os gustaría que se escribieran para vosotros. 

Muchas gracias por todo.

¡Gracias a ti!


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