Esta novela está basada en la leyenda maya según la cual, en el año 2012 (vamos, pasado mañana) tendrá lugar el fin de nuestra era para dar comienzo a una nueva. Se ve mezclada con otra leyenda que cuenta que en el mundo hay 13 calaveras de cristal de tamaño natural y que cuando todas ellas sean descubiertas (hasta ahora conocemos 5 si no me equivoco), transmitirán al ser humano todo su conocimiento.

No es el tipo de novela que me gusta, la verdad, pero llegó a mis manos y no dije que no. La fantasía y/o la ciencia ficción no están incluídos entre mis géneros preferidos. Además en mi opinión es una novela bastante regular. Su autor ha escrito otros libros anteriormente pero no he tenido la suerte o desgracia de leerlos y creo que ya no lo haré.

Una novela con demasiados personajes (vamos por la página 200 y siguen apareciendo personajes de peso) y ninguno de ellos creíble. Un querer y no poder. Temas demasiado recurrentes ultimamente en la literatura, lo que en muchos casos demuestra la falta de originalidad e ideas en los autores actuales, como por ejemplo la iglesia católica. Ultimamente no hay cura bueno para los escritores o los directores de cine. En el caso que nos ocupa, pasamos por todos los estamentos de la iglesia con igual suerte para todos ellos. Cansa. A mí particularmente el tema me cansa bastante y pido un poco de respeto hacia esos hombres y mujeres que siguen dándolo todo por los demás y llevan un hábito puesto. También se intenta alcanzar el estilo best-seller americano tipo Dan Brown, utilizando a profesores universitarios, sociedades secretas, misterios milenarios… pero para ello a lo mejor haría falta que no se utilizaran frases tan castizas como tener la sangre de horchata en un protagonista americano, o no utilizar recursos poéticos para describir una cama en una narración o quizás, también, hacer más valientes a los malos y que no canten a la primera de cambio.

En resumen: un querer y no poder. No me ha gustado nada.